Monday, October 09, 2006

 
Parábola 5 de 69
Parábola del Pedo Sonoro y Hediondo


Cierto día, después de la meditación dinámica, Prem Trancitas comentó al Chamán Chambrulé:

“Querido Maestro, Buda Jais volvió a echarse un pedo sonoro y apestoso en la etapa del Silencio que, con su ruido y hedor, turba los sentidos, distrayendo e interfieriendo en nuestra búsqueda de la Totalidad".

“Le rogaría si puede hablar con él y hacerle comprender que su libertad termina cuando comienza la de los demás. Él es rebelde y duro de cabeza, pero seguramente usted encontrará la forma de alumbrar el entendimiento de Buda Jais”

Fijando en el querido discípulo su mirada de águila escorpionana, el Chamán Chambrulé contestó:

“Mi querido Prem Trancitas… Siempre tan cerca y tan lejos… esa será la tónica de tu existencia mientras sigas atrapado en la cárcel de tu mente y tus prejuicios”

“En verdad te digo que cuando, libremente y sin congoja, logres en la etapa del Silencio echarte un pedo, aunque sea la mitad de sonoro y hediondo que los de Buda Jais, habrás dado un gran salto, impulsado por ese sonoro pedo, en tu camino hacia la Totalidad”

Prem Trancitas, anonadado y confundido, quedó en silencio.
Y así, en silencio, guardó en el fondo de su corazón las palabras de su querido maestro.

Saturday, October 07, 2006

 
Parábola 4 de 69
Parábola de la Utilidad de la Ciencia

Se hallaba el Chamán Chambrulé absorto, meditando sobre las 3 Verdades y los 7 Misterios de la Totalidad, cuando se la aproximó la apasionada Deva Ma Bere Ben, aquejada por un fuerte dolor de cabeza.

La noche anterior Deva Ma Bere Ben había participado en un Temascal dirigido por el Chamán Chambrulé, en el cual se desató energía tan potente que le removió hasta la última fibra del cuerpo y la consciencia, de modo tal que tuvo que salir al aire libre a los 10 minutos de iniciado el Temascal, solo para caminar unos cuantos metros y desvanecerse en los brazos de la amorosa Ma Narda Nit

Ma Bere Ben se acercó al Chamán Chambrulé mientras pensaba:

“Algún prodigio energético hará mi querido Chamán Chambrulé que disipará este terrible dolor de cabeza, al tiempo que seguramente me regalará con un caudal de sabiduría y enseñanza”.

Ma Deva Bere Ben estaba muy orgullosa del Chamán Chambrulé pues lo conoció cuando él era un simple joven estudiante universitario, alocado y propenso a los vicios. Grande era su gozo y regocijo al verlo convertido en el personaje de esa gran talla espiritual e intelectual que ahora detenta el Chamán Chambrulé.

Con respeto se acercó y preguntó:

“¿Mi querido Maestro, que puedo hacer para que desaparezca este horrible dolor de cabeza, consecuencia del Temascal de anoche, que me nubla la vista y me impide disfrutar de esta radiante mañana?”

El Chamán Chambrulé le dirigió una amorosa mirada y con benevolente sonrisa dijo:

“Arriba del refrigerador hay un frasco de aspirinas. Toma dos con un vaso de agua y descansa por media hora”

Acto seguido, una vez que Ma Deva Bere Ben, un tanto confundida en su ego, se dirigió al refrigerador, el Chamán Chambrulé volteó hacia su querido discípulo Al-Bardouchi, quien se encontraba tumbado al sol, disfrutando placenteramente la mañana (pues que más sabe hacer Al-Bardouchi que descansar y disfrutar la vida epicúreamente) y dijo:

“Hay que dejar que la ciencia sirva al hombre y no que el hombre sirva a la ciencia; así como hay que dejar que el hombre se entregue a la divina energía y no que la divina energía se entregue al hombre”

Dicho esto se sumió nuevamente en su profunda meditación sobre las 3 Verdades y los 7 Misterios de la Totalidad.

Tuesday, October 03, 2006

 


Sunday, October 01, 2006

 
Parábola 3 de 69
Parábola del gusto de la Meditación


El falso Fufín y la divina Papayú discutían y competían sobre quien había hecho más ciclos de meditación dinámica.

El falso Fufín mentía diciendo que llevaba 15 o 20 ciclos de 21 días de meditación dinámica, que no recordaba bien, pues no tenía buena memoria, pero que ese era el número de ciclos que había realizado (en el fondo de su corazón sabía que mentía, pues nunca ha meditado más de uno o dos días seguidos).

La divina Papayú se esforzaba en recordar los ciclos de 21 días de meditación dinámica que había realizado, que si uno parar celebrar su toma de sannyas, que si otro a favor de la salud del perrito de su entrañable amiga Aneesha, que si otro para apoyar moralmente a un amigo que había tronado con su novia, que si otro más para festejar el nacimiento de su sobrino, etc. etc. etc. En total logró recordar entre 10 o 15 ciclos de meditación dinámica.

En esa vana discusión estaban el falso Fufín y la divina Papayú cuando, sudoroso y radiante, bajó el Chamán Chambrulé de practicar la meditación dinámica, acompañado de su amada Ananda y del inefable Prem Trancitas.

La sabia Julita, harta de la discusión en que estaban enfrascados el falso Fufín y la Divina Papayú, preguntó con malicia al Chamán Chambrulé: "¿Señor, cuantos días lleva meditando diariamente sin fallar?"

El Chamán Chambrulé, que saboreaba una aromática taza de café oaxaqueño, contestó: "Realmente no lo se, ni me interesa. La verdad es que no recuerdo".

La sabia Julita saco su cuaderno y dijo: "Según mis registros usted lleva 144 días seguidos viniendo a meditar sin fallar".

El Chamán Chambrulé sentenció: "La verdad es que no llevo la cuenta de los días que vengo a meditar. Ni lo sé, ni me interesa. Cada mañana que despierto vengo a meditar porque me gusta meditar. Eso de llevar cuentas y hacer ciclos son chaquetas mentales y mamadas del pinche ego" (dijo sin saber lo que antes hablaban el falso Fufín y la divina Papayú).

De pronto se hizo el silencio.

Y el silencio dijo la mejor palabra.

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